miércoles, 18 de mayo de 2016

INTELIGENCIA EMOCIONAL RELACIONADA CON LA GESTIÓN LABORAL

Con intención de daros a conocer en las últimas novedades en tanto y cuando todo está cambiando en el ámbito laboral y la relación con empleados, os dedicamos una palabras para que conozcáis en qué puede seros útil la aplicación de la Inteligencia Emocional en la relación con vuestros empleados y/o jefes.

¿Qué tiene que tener un jefe para seguir contando con los mejores empleados?
Durante mucho tiempo, no hemos tenido en consideración en relación a los Recursos Humanos de la empresas, que las circunstacias personales de los trabajadores pueden incidir y de forma muy importante en su rendimiento en nuestras empresas.

En la actualidad eso comienza a preocuparnos, en cierta forma y la Inteligencia Emocional, nos da herramientas para combatir, detectar y solucionar con suficiente eficacia, los daños relacionales que pueda ocasionar.

Para ello, debemos contar con que los líderes más eficaces son aquellos que cuentan con la habilidad de darse cuenta de cómo se sienten sus empleados en su situación laboral y saben intervenir con eficacia cuando dichos empleados empiezan a sentirse desanimados, a esto lo llamamos Inteligencia Emocional.

La Inteligencia Emocional tiene gran importancia e interés y está vinculada a las aptitudes que implican desarrollar habilidades a la hora de gestionar y regular las emociones en uno mismo y en los demás, en la medida que afecta al desempeño de las labores propias del puesto de trabajo , lo que se traduce en un rendimiento superior en el entorno laboral y es responsable de entre el 85 y el 90% del éxito de los líderes de las organizaciones.

¿Cómo se refleja este éxito en los resultados de la organización?

Pese a que incluso los directivos de más alto nivel tienen dificultades para concentrarse en algo que no sean resultados a corto plazo, se ha demostrado que los responsables que se concentran en la consecución de tareas y resultados a corto plazo cuentan con organizaciones menos eficaces que aquellos que dedican tiempo a los empleados y a su desarrollo personal a largo plazo.

En la misma línea, los estudios realizados avalan que si el líder tiene una elevada Inteligencia Emocional, repercute en un buen clima laboral, lo que anima a los empleados a darlo todo de sí y a permanecer en la empresa, lo que a su vez se traduce en un aumento del rendimiento comercial.

Por ejemplo, esto sería lo que pensarían los empleados de un jefe con un gran coeficiente emocional: “«Mi jefe/a tiene una extraña habilidad para detectar los problemas y abordarlos. Cuando ha de dar una mala noticia a alguien, es capaz de reconocer sus sentimientos. Piensa en cómo se sentirá esa persona y adapta su estilo de comunicación para ayudarle a llegar a una buena resolución. Le gusta conocer a la gente a nivel personal, para conocer mejor sus puntos de vista y trabajar mejor con ellos.», «Mi jefe/a es el/la “oyente activa” más efectiva que he visto en mi vida. Tiene un don especial para comunicar el “contexto” de sus comentarios con el objetivo de garantizar el entendimiento. Es respetuosa con los demás y al mismo tiempo es capaz de establecer su autoridad. Motiva e inspira a la gente. Es capaz de animarla y hacer que se sienta cómoda.»

Para concluir, si después de su lectura considera que debe crear aumentar la Inteligecia Emocional en su organización debe saber que las emociones son contagiosas, y que una sola persona, usted, puede influir en todo su equipo y puede concentrar la energía de todos los trabajadores en la misma dirección, hacia el éxito organizacional.

Un programa de competencia emocional contiene valiosas lecciones que pueden ayudar a directores, formadores y consultores a establecer iniciativas de Inteligencia Emocional en su empresa.

Irene Montero Alenda, alumna en prácticas en el Área de Relaciones Laborales en Austral Consulting SL

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